Para el Banco Central de Reserva, la estimación de este problema debería reflejar los cambios en la población.
El Banco Central de Reserva (BCR) afirmó que la metodología para la medición de la pobreza en el Perú debería considerar los cambios ocurridos en los últimos años en los patrones de consumo de la población urbana y rural del país.
Comentó que los patrones utilizados actualmente para la selección de una canasta básica, si bien son metodológicamente correctos, se sustentan en estadísticas anteriores, con lo cual las líneas de pobreza podrían no estar reflejando los nuevos estándares de consumo socialmente aceptables.
“Si esto fuera así, si descubrimos que tales cambios se han dado, entonces el conocimiento nuevo de esta realidad permitirá también conocer cómo se ha afectado la estructura del gasto de los hogares mediante el indicador de bienestar, el cual es muy importante para el cálculo de la pobreza”, puntualizó la jefa de Políticas Sociales y Regiones del BCR, Judith Guabloche.
Asimismo, anotó que la estimación de la pobreza debería reflejar los cambios en la población, en su dinámica y en su distribución espacial, en concreto entre lo urbano y rural.
Por ejemplo, la ponderación de la población urbana se ha mantenido más o menos estable en las Encuestas de Hogares (ENAHO), alrededor de 65% de la población urbana, cuando entre los censos de 1993 y 2007 se pasó de 70 a 75%, refirió.
Adelantó que un cambio de esta magnitud implica lograr un consenso sobre lo que se entiende por urbano y rural, dado que en este momento los conceptos difieren entre desde un punto de vista de los censos y las encuestas de hogares.
“Este cambio también es importante para el diseño muestral de las propias encuestas lo que implica aplicar, hacia delante y hacia atrás, las nuevas proyecciones de población que surgen de los Censos Nacionales 2007”, añadió.
Según Guabloche, otro aspecto a resolver es la poca información que se tiene sobre el comportamiento de los precios que conforman la canasta no alimentaria del área rural.
“Es indispensable que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y las instituciones involucradas en el seguimiento para la medición de la pobreza, incorporen a la ENAHO un mejor cálculo del valor de esta canasta y por tanto de la estimación final de la línea de pobreza total”, dijo.
Subrayó que estos cambios introducirán modificaciones en las cifras de pobreza, los cuales mientras sean transparentes y respondan a consensos serán validos, y estarán más allá de cualquier critica que intente señalar algún tipo de manipulación en las cifras.
El Banco Central de Reserva (BCR) afirmó que la metodología para la medición de la pobreza en el Perú debería considerar los cambios ocurridos en los últimos años en los patrones de consumo de la población urbana y rural del país.
Comentó que los patrones utilizados actualmente para la selección de una canasta básica, si bien son metodológicamente correctos, se sustentan en estadísticas anteriores, con lo cual las líneas de pobreza podrían no estar reflejando los nuevos estándares de consumo socialmente aceptables.
“Si esto fuera así, si descubrimos que tales cambios se han dado, entonces el conocimiento nuevo de esta realidad permitirá también conocer cómo se ha afectado la estructura del gasto de los hogares mediante el indicador de bienestar, el cual es muy importante para el cálculo de la pobreza”, puntualizó la jefa de Políticas Sociales y Regiones del BCR, Judith Guabloche.
Asimismo, anotó que la estimación de la pobreza debería reflejar los cambios en la población, en su dinámica y en su distribución espacial, en concreto entre lo urbano y rural.
Por ejemplo, la ponderación de la población urbana se ha mantenido más o menos estable en las Encuestas de Hogares (ENAHO), alrededor de 65% de la población urbana, cuando entre los censos de 1993 y 2007 se pasó de 70 a 75%, refirió.
Adelantó que un cambio de esta magnitud implica lograr un consenso sobre lo que se entiende por urbano y rural, dado que en este momento los conceptos difieren entre desde un punto de vista de los censos y las encuestas de hogares.
“Este cambio también es importante para el diseño muestral de las propias encuestas lo que implica aplicar, hacia delante y hacia atrás, las nuevas proyecciones de población que surgen de los Censos Nacionales 2007”, añadió.
Según Guabloche, otro aspecto a resolver es la poca información que se tiene sobre el comportamiento de los precios que conforman la canasta no alimentaria del área rural.
“Es indispensable que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y las instituciones involucradas en el seguimiento para la medición de la pobreza, incorporen a la ENAHO un mejor cálculo del valor de esta canasta y por tanto de la estimación final de la línea de pobreza total”, dijo.
Subrayó que estos cambios introducirán modificaciones en las cifras de pobreza, los cuales mientras sean transparentes y respondan a consensos serán validos, y estarán más allá de cualquier critica que intente señalar algún tipo de manipulación en las cifras.
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