En la toma de mando del presidente Alan García se han planteado las políticas de acción de su gobierno, que creemos influirán fuertemente en el desarrollo de tres grandes mercados:
el de bajos ingresos, el de provincias y el de exportaciones. Dado que el mensaje ha hecho énfasis en el incremento del bienestar de las grandes mayorías, sin duda aparecerán oportunidades en los mercados de las personas de bajos ingresos.
Productos alimenticios, vestimenta, vivienda y educación tendrán mayor demanda en este mercado creciente y, por tanto, conviene estar preparado para ello.Sin embargo, no debe entenderse que lo adecuado aquí es generar productos de bajo costo y poca calidad, que serán comprados o subvencionados por el Estado.
La oportunidad radica en el otorgamiento de la mejor calidad posible a un precio accesible, buscando que los nuevos consumidores se conviertan en consumidores leales de nuestras marcas, cuando desaparezcan las ayudas o subsidios gubernamentales.
El mensaje puso también énfasis en el desarrollo de las provincias, mucho más que en Lima. Con ello, seguramente, continuará la tendencia de crecimiento de los mercados del interior del país, que en los últimos años ha sido sorpresivamente mayor que el de la capital. Se seguirán abriendo, entonces, nuevas oportunidades para introducir productos y servicios modernos en el norte, centro y sur del país, tanto en la sierra (no olvidemos el gran énfasis en la Sierra Exportadora, de la campaña electoral) como en la costa y la selva.
Sin embargo, debemos señalar que la estrategia más adecuada para acceder a estos mercados no es vender en provincias lo mismo que se vende en Lima, sino adecuar nuestros productos, bancos, supermercados, etc., a las características diferentes --mucho más modernas que lo que imaginamos-- de nuestros paisanos de otras ciudades.
El tercer y último plano al que se le augura un gran crecimiento es al de los mercados exteriores. Si bien en su discurso el presidente no señaló de manera definida las acciones que tomará al respecto, sí se observan indicios --extradiscurso-- de que ello ocurrirá de esa manera. El espaldarazo tácito a la firma del TLC con Estados Unidos asegura un crecimiento de las oportunidades de exportación a ese país. Por otro lado, los abrazos y guiños de ojo a Lula y Bachelet indicarían un fortalecimiento de las relaciones comerciales con Brasil y Chile, que serían mercados interesantes para nuestros productos, aunque también fuertes competidores en el mercado nacional.
Creemos que los planteamientos están en la dirección correcta, pues un análisis de márketing muestra que, independientemente de la política, es en estos mercados donde se presentan hoy las mayores oportunidades de crecimiento social y empresarial. Y no deberíamos desaprovecharlas. Evidentemente, si el nuevo gobierno los apoya tal como promete hacerlo --por ahora el discurso es solamente una lista de buenas intenciones--, su potencial de desarrollo se hace mucho mayor. El Comercio
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